Yo nací un mediodía, alunada y cambiante,
con la lágrima fácil y una fe decidida,
la mirada hacia adentro, la sonrisa encendida,
el alma al descubierto y el paso desafiante.
Yo llegué poseedora de un montón de defectos,
defensora vehemente de las causas perdidas,
la caprichosa búsqueda de un sentido a la vida
para enfrentar la sombra del miedo por la muerte.
Descubrí que el silencio puede ser diferente
en la cálida risa de las voces presentes
o en la tristeza pálida de las voces dormidas
Detrás de los olvidos y las cosas pendientes
descubrí la palabra, en mi tierra, simiente,
y me dormí acunada por tus brazos-poesía.
ROXANA LAURA RONQUILLO