“Cuando
suficientes Semillas estén despiertas, liberadas del miedo y de otros aspectos
negativos del tercero y cuarto nivel de conciencia, las semillas del quinto
nivel podrán brotar dentro de la humanidad y formar un Todo”.
Allá abajo, en el valle,
soledad y silencio.
El sonido del viento
ahuecando las rocas y los bosques.
Entre el cielo y la tierra,
un espacio de nada.
Y esa nada esperando
que saltara al abismo.
Miró, entonces, el valle.
Miró, entonces, el cielo.
Abrió la boca. Un grito
atravesó montañas transportado en el eco.
Y desplegó sus brazos
y unas alas gigantes se fueron extendiendo
hasta mutar su piel
en un plumaje oscuro.
Ya convertido en cóndor
se arrojó hacia la nada,
que lo estaba esperando
como esperan las cosas de la naturaleza:
con ciclos repetidos y tiempos sin relojes,
sin minutos, sin prisas.
Y atravesó, volando, espacios conocidos.
Su alma había ascendido
Más allá de los cielos.
ROXANA
LAURA RONQUILLO
Año
2008