LA CONQUISTA
(o la sombra de lo inalcanzable)
Desde un balcón cualquiera de un altísimo edificio con pretensiones de escalera al cielo, él la contempla fascinado. Ella despliega su andar luminoso abriéndose paso entre la oscuridad inmensa.
La noche se transforma en ritual encendido con un toque de magia y de misterio.
Él es resolutivo, práctico… No concibe distancias imprecisas. Su brillo inalcanzable lo maravilla y a la vez lo lastima. Y pone sus sentidos y su lógica al servicio de la conquista.
El primer paso es alcanzar su lejanía. Fabrica para ello una nave de caricias que lo guiará hasta su suelo. Un traje de muñeco y una máscara extraña mantienen su persona al resguardo de las diferencias, de la inseguridad de lo desconocido. Logra finalmente alcanzarla (¿o sólo es el comienzo…?) y se siente exultante (vaya uno a saber si por tenerla cerca o por haber logrado su objetivo). Fija en ella su bandera para que los demás la sepan de su propiedad… e imagina las mil fotografías que lo mostrarán al mundo como héroe (al único y pequeño mundo que él conoce).
Poco a poco la emoción va dejando paso a la razón. Su ojo enamorado comienza a verla con el ojo crítico y despiadado del lente de la cámara: su luz plateada es sólo el reflejo de un brillo ajeno. Cráteres profundos surcan su piel reseca e inerte. Su lado oscuro lo llena de temores, aunque también él posea su propio lado oscuro. Se desvanece en su mente la imagen de héroe. Se ve absurdo e incómodo con su traje y su máscara. Se desvanecen igualmente el misterio y la magia. No es posible la vida que él conoce entre la sequía áspera de su cuerpo de roca. Sin máscara su proximidad lo agobia, lo asfixia.
Y decide regresar a su balcón cualquiera a continuar observando las vetas de la noche. Él guarda, como toda su especie, algo de la inmensidad de ese cielo infinito… Pero, temeroso de perderse en las profundidades de sí mismo, busca horizontes cada vez más lejanos y resplandecientes: una estrella inaccesible es ahora foco de su mirada. Al igual que la Tierra, la Luna es sólo una conquista más que queda en su pasado.
En ese mismo cielo, que se torna más oscuro y profundo a medida que el tiempo avanza, la Luna continúa con su andar solitario a la espera del conquistador inconquistable.
Hay noches en que la esperanza ilumina más que nunca su faz de espejo.
Otras, un velo opaco la rodea, anunciando sus lágrimas de lluvia.
Y otras, las del recuerdo, se va empequeñeciendo hasta desaparecer, oculta en su tristeza…
(o la sombra de lo inalcanzable)
Desde un balcón cualquiera de un altísimo edificio con pretensiones de escalera al cielo, él la contempla fascinado. Ella despliega su andar luminoso abriéndose paso entre la oscuridad inmensa.
La noche se transforma en ritual encendido con un toque de magia y de misterio.
Él es resolutivo, práctico… No concibe distancias imprecisas. Su brillo inalcanzable lo maravilla y a la vez lo lastima. Y pone sus sentidos y su lógica al servicio de la conquista.
El primer paso es alcanzar su lejanía. Fabrica para ello una nave de caricias que lo guiará hasta su suelo. Un traje de muñeco y una máscara extraña mantienen su persona al resguardo de las diferencias, de la inseguridad de lo desconocido. Logra finalmente alcanzarla (¿o sólo es el comienzo…?) y se siente exultante (vaya uno a saber si por tenerla cerca o por haber logrado su objetivo). Fija en ella su bandera para que los demás la sepan de su propiedad… e imagina las mil fotografías que lo mostrarán al mundo como héroe (al único y pequeño mundo que él conoce).
Poco a poco la emoción va dejando paso a la razón. Su ojo enamorado comienza a verla con el ojo crítico y despiadado del lente de la cámara: su luz plateada es sólo el reflejo de un brillo ajeno. Cráteres profundos surcan su piel reseca e inerte. Su lado oscuro lo llena de temores, aunque también él posea su propio lado oscuro. Se desvanece en su mente la imagen de héroe. Se ve absurdo e incómodo con su traje y su máscara. Se desvanecen igualmente el misterio y la magia. No es posible la vida que él conoce entre la sequía áspera de su cuerpo de roca. Sin máscara su proximidad lo agobia, lo asfixia.
Y decide regresar a su balcón cualquiera a continuar observando las vetas de la noche. Él guarda, como toda su especie, algo de la inmensidad de ese cielo infinito… Pero, temeroso de perderse en las profundidades de sí mismo, busca horizontes cada vez más lejanos y resplandecientes: una estrella inaccesible es ahora foco de su mirada. Al igual que la Tierra, la Luna es sólo una conquista más que queda en su pasado.
En ese mismo cielo, que se torna más oscuro y profundo a medida que el tiempo avanza, la Luna continúa con su andar solitario a la espera del conquistador inconquistable.
Hay noches en que la esperanza ilumina más que nunca su faz de espejo.
Otras, un velo opaco la rodea, anunciando sus lágrimas de lluvia.
Y otras, las del recuerdo, se va empequeñeciendo hasta desaparecer, oculta en su tristeza…
15 comentarios:
AMIGA!!! QUE ALEGRÍA LEERTE AQUÍ!
Hermoso relato, una bocanada de poesía enredada con una lágrima melancólica,además de alguna realidad más profunda y oscura que será mejor lavar con poesía. y colocarle una cortina de luz.
ojala yo pudiera escribir asi!
Te voy a escuchar en la radio chabona.
Gracias... Simplemente transformo sentimientos en palabras...
Hasta pronto.
Ro.
Ro se nota que sos una buena mina, no solo escribis rebien sino que llegas al corazon.
Y debes ser linda ademas, deberias poner tu foto asi te conocemos.
ya sos linda no importa si pones o no tu foto
En un principio pensé poner mi foto. Pero como no busco amores, ni nada parecido...
Además, siempre me quedaría la duda de si gusta lo que escribo o me quieren "levantar".
Por eso mantengo mi imagen en el anonimato.
yo pongo mi foto y no para que nadie me levante ni busco un levante. No creo que TODOS los blogger que aquí han puesto su foto deseen levantarte, ni levantar a nadie, no todos.
podemos igual enamorarnos de tus palabras.
yo ya lo estoy
el jueves voy a escuchar tu voz al fin.
Gracias, pingui.
Ya sé que muchos de los blogger buscamos, principalmente, comunicarnos, expresarnos, pero en un principio pensé:
Si mi imagen no agrada, probablemente ni lean lo que escribo. Si me veo linda, tal vez no le den importancia a lo que escribo. Así que ¿para qué?.
Tal vez, en algún momento suba mi foto. Gracias.
Ahi ta... Puse la foto... This is me.
bueno tu imagen agrada como voz decis y lo que escribis agrada y mucho pero tuve que sacarle el dicionario a mi hermano por que hay cosas que no entiendo. pero vos me estas ayudando. te copaste, vos sos buena no le das la nega a nadie, ojo de onda.
sabes que se que hablo para el or... y que tengo hacerlo bien ya me canse de ser un guacho inorante
ignorante jajajajjaja
Pingui: Nunca en la vida te sientas más ignorante que otro. Podés desconocer algunas cosas. Yo desconozco otras. En realidad, todos somos ignorantes en algo, si no seríamos dioses, no personas.
Yo soy maestra, pero no trabajo en ningún colegio. Trabajo por mi cuenta como maestra de apoyo escolar. Porque estoy cansada de gente que tiene un librito por cabeza, se cree que se las sabe todas y no aprendió lo más importante: a escuchar a los demás y aceptarlos como son.
Me alegro de que agarres el diccionario... Y que aprendas cada vez más... Pero acordate siempre que lo más importante está en vos, y es tu corazón, tu alma, tu sensibilidad...
Hasta prontito...
vos sos una maestra en todo!
te mando un abrazo
gracias
Gracias! Tenés un 10 por ese comentario!... Ja, ja, ja...
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