Hay quien colecciona el tiempo en calendarios.
Fracciona los minutos, los optimiza,
cada segundo cuenta en sus quehaceres
Yo prefiero perderlo, lentamente,
compartirlo en un mate con amigos,
dejándome llevar por esa fuerza que, guiando lo intangible,
nos acerca.
Hay quien arma estrategias impecables,
y evalúa cada resultado.
Mi táctica es la falta de herramientas,
sumergirme en las páginas de un libro,
bailar la libertad de una canción
y soñando posibles horizontes,
usar el pentagrama de lo absurdo para alejarme un rato del
camino.
Yo elijo lo que no se olvida,
lo que no tiene precio de mercado.
La crepitante voz de la esperanza.
La carcajada hermana.
El camino ondulado de las sierras.
Las tortas fritas en el día lluvioso y las manos curtidas
que las hacen.
Yo creo en el amor que no se explica,
que no cotiza en acciones en la bolsa,
que es brújula y a la vez no tiene rumbo,
que nos trae de la muerte y el olvido,
solo con la palabra y la memoria.
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