
Sólo quedan las grietas de la nostalgia, abriendo cicatrices en las paredes, que pronto también caerán, rindiéndose a los golpes del martillo.
Mañana, todo será escombros del pasado, y esperar la promesa de la casa nueva, resistiendo el presente por un año, amontonados en las pequeñas casas amarillas, todas iguales, en fila, y sin pretensiones de destacarse...
La sociedad habla de vivienda digna. Y es verdad. Pero nadie conoce las historias, los corazones y las esperanzas que mañana o pasado se llevará, olvidadas para siempre, el camión de los escombros...
ROXANA LAURA RONQUILLO